Buenas prácticas agrícolas

Buenas Prácticas Agrícolas para el cuidado del suelo

En esta sección se presentan las principales Buenas prácticas agrícolas para cuidar la productividad de los suelos.

La erosión del suelo es el problema ambiental más importante asociado a la actividad agropecuaria en nuestro país. La erosión afecta la calidad del suelo, alterando sus propiedades físicas y químicas. Mitigando la erosión preservamos las funciones del suelo: almacenaje de agua, mitigación del cambio climático, ciclaje de nutrientes, producción de alimentos y fibras, entre otras, asociadas a las actividades productivas.

Para ello, se recomiendan una serie de Buenas prácticas agrícolas que permitirán cuidar la productividad de los suelos.

Algunas de las principales buenas prácticas asociadas al cuidado de los suelos:

  • Mejorar y mantener la cobertura orgánica protectora de los suelos, utilizando cobertura por rastrojos y/o cultivos.
  • Evitar dejar surcos en el sentido de la pendiente.
  • Cultivar un amplio rango de especies de plantas, en asociaciones, secuencias y rotaciones de pasturas y cultivos.
  • Minimizar el disturbio de los suelos, evitando su laboreo mecánico y promoviendo la siembra directa.
  • Respetar los desagües naturales, identificándolos en las chacras y manteniéndolos verdes sin cultivarlos.
  • Planificar el uso del suelo teniendo en cuenta la capacidad de uso de los suelos del predio, las prácticas de manejo, la secuencia de cultivos y la máxima erosión tolerable.

Buenas prácticas agrícolas para el cuidado del suelo

Mantener los planes de uso actualizados, respetar la normativa vigente, y la aplicación de buenas prácticas agrícolas, son clave para cuidar nuestros suelos, uno de los recursos naturales más importantes para la producción agropecuaria de nuestro país.

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